Triple Frontera: la pandemia se convierte en una verdadera tragedia

El coronavirus inexorable va a propagarse en las profundidades de la Amazonía, y no ofrece descuentos, ni en términos de afectaciones y víctimas, incluso entre los pueblos indígenas particularmente vulnerables. Los datos son elocuentes, de acuerdo con el mapa difundido diariamente por Repam (Red eclesial panamazónica): 92.870 infectados y 5.346 muertos (al 21 de mayo).

Esa emergencia se convierte en una verdadera tragedia no solamente en las ciudades más afectadas, como Manaus y Belém en Brasil, o Iquitos en Perú, sino también en el corazón de la selva.

Es aquello que va a pasar, por ejemplo, en la triple frontera, el lugar donde, a lo largo del curso del río Amazonas, se encuentran tres países: Brasil, Perú y Colombia. Zona de comercio y negocios, en muchas ocasiones sucios, donde las fronteras solo son teóricas, como sucede entre Leticia, una parte extrema de Colombia que se ha convertido en un destino turístico en los últimos años, y la brasileña Tabatinga, capital de Alto Solimões. En la triple frontera, la agencia Sir fue virtualmente para escribir cómo se vive la pandemia en estas tierras amazónicas, donde el virus llegó a través del gran río o por avión, desde Manaus y Iquitos.

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