La fuerza es la adoración diaria en Pevas

Durante la pandemia, el trabajo pastoral es bastante limitado. Nuestras herramientas para la evangelización son la Adoración diaria del Santísimo Sacramento, los parlantes de la torre de la iglesia y un teléfono móvil con Internet. Todos los días en la parroquia transmitimos el Rosario y la Santa Misa a través de los altavoces en la torre de la iglesia. Por la mañana realizamos una catequesis de media hora para diferentes edades; lamentablemente, la voz de los parlantes llega a un máximo de una cuarta parte de los habitantes de Pebas. El contacto con los animadores de los caseríos es principalmente por teléfono.

La adoración regular del Santísimo Sacramento es la mayor fortaleza e inspiración. Podemos ver cómo la Providencia de Dios nos cuida a través de muchas situaciones pequeñas y grandes. Es paternal providencia de Dios todas las ideas y la ayuda necesaria en la compra de medicamentos, pues aparecen en el momento correcto, ni antes ni demasiado tarde, cuando lo necesitamos. La oración y la prevención son nuestras armas contra el coronavirus.

¿Cómo explico la situación actual a los creyentes desde una perspectiva de fe? Todo es una gracia, incluso la cuarentena. Incluso el castigo de Dios aquí en la tierra es una gracia para nosotros. Dios nos llama a la conversión, al arrepentimiento, a la reflexión, a reevaluar nuestras vidas. «Para los que aman a Dios, todo sirve a su bien» (Romanos 8,28). En cuarentena veo una oportunidad para que las familias fortalezcan sus lazos, se conozcan mejor, se sirvan y se conviertan en un lugar de fe y oración.

Una experiencia hermosa para mí son las procesiones con el Santísimo Sacramento que providentemente se ha realizado una vez al mes por las calles de Pebas (el Domingo de Resurrección, el Día de la Madre y el Corpus Christi). En la compañía de dos soldados, con Jesús Sacramentado voy a bendecir a las familias que esperan en las ventanas, en los umbrales de su hogar. Algunos preparan agua en botellas y baldes para bendición. La gente lo aprecia y necesita ver que Jesús está cerca de ellos en estos momentos de pandemia. Durante la última procesión, un niño de 8 años se paró frente a una de las casas con un gran trozo de papel y la inscripción: «Padre Pablo, gracias por su bendición y oración».

Hoy el trabajo pastoral se hace caridad y trabajo social. Hemos estado recaudando dinero durante varias semanas, para proporcionar a nuestros pocos médicos, herramientas para combatir el coronavirus. Se compraron cuatro concentradores de oxígeno, ropa protectora y medicamentos para combatir los efectos de covid19. El único doctor en nuestro distrito desde el comienzo de la pandemia le pidió a la Dirección Regional de Salud medicamentos, ropa protectora y pruebas, sin embargo, sus superiores se negaron, diciendo que todavía no había personas infectadas de coronavirus. Gracias a la colecta pública PEBATÓN Solidario, organizada por la Parroquia, tenemos las medicinas y equipos para combatir el covid-19. Actualmente, lo que más nos falta son las pruebas para descubrir dónde están las fuentes de infección.

La pandemia continúa, no olvidemos que la oración y la prevención son nuestras armas, se despide: Padre Pablo. Dios les bendiga.