Desde el año 2012, la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Francisco de Orellana no cuenta con misioneros y sacerdotes permanentes al frente de la misión. Algunos sacerdotes de otros puestos de misión llegaban para acompañar a la comunidad cristiana en fechas y fiestas específicas. Todo este tiempo, la señora Mariana Gil Arimuya quedó como única misionera responsable de la pastoral y de administrar los bienes de la parroquia. Hasta el pasado 19 de diciembre.
Esa noche la iglesia se llenó a rebosar y se vistió de gala para celebrar el 60 aniversario de fundación de la parroquia, evento aplazado desde junio a causa de la pandemia. Y como mejor regalo, llegaba el nuevo párroco, el p. Cristian Terán Lisidro, misionero claretiano de nacionalidad boliviana, que fue recibido por la comunidad con un estallido de alegría.
Al comienzo de la Eucaristía se leyó una carta de Mons. Javier Travieso, obispo vicario apostólico, que felicitó a toda la comunidad y recordó a los pioneros: el fundador P. Cayetano Lavoie, los padres Donato Cournover, Daniel Thibeaurt, Gastón Harvey, los sacerdotes de Monterrey y tantos misioneros laicos. «La parroquia ha dado muchos frutos espirituales para el pueblo de Dios; su catequesis ha sido fecunda y su trabajo con los jóvenes y las familias, ejemplar. Realmente tenemos mucho por lo que dar gracias al Señor en este día de celebración».
Por su parte, el vicario general, p. César Caro, que presentó al p. Cristian, pidió a la comunidad en su homilía que cuide a su nuevo párroco, que le acompañe, que le ayude a acostumbrarse a esta realidad. “No piensen que ahora que hay el cura podrán tirarse a la hamaca, es momento de comprometerse más, porque la misión es una tarea que el Señor nos da a todos por igual, y la realizamos juntos, como un cuerpo”.
La noche terminó con un compartir para todos los asistentes, un rico arroz con pollo y un vaso de chicha. Bendiciones y éxitos al nuevo pastor de Orellana.