El ritual comienza a prepararse cuando el cuerpo de la mujer cambia y tiene su primera menstruación. Cuando se tomó la decisión familiar de hacer la pelazón, ambas chicas iniciaron con un periodo de aislamiento de varios meses, en el que su madre y una tía paterna han cuidado y hablado de las responsabilidades que tendrá como mujer y especialmente como madre. Este proceso se ha cerrado con el ritual de estos tres días.
La preparación previa del ritual de la pelazón ha incluido en el caso de las dos familias y la comunidad la acumulación de la suficiente yuca para hacer el “Masato” (bebida tradicional) y la preparación de la comida suficiente para todos los invitados.
La realización de este ritual es muy importante para todo el pueblo ticuna, aunque por la influencia de otros paradigmas culturales o creencias religiosas, se ha abandonado en algunos lugares. La presencia muy activa de la comunidad católica ticuna de Umariaçú y la presencia de misioneros católicos invitados ha expresado el apoyo a las tradiciones culturales del pueblo indígena Ticuna.
Tres días con muchos elementos significativos: 1º Salida del aislamiento, quitar casi todo el cabello, ritos dirigidos por los abuelos (“oí”) y abuelas (“noé”) y acompañamiento a la “maloca” para pasar la noche en el “corral” (con pinturas y adornos del clan) entre cantos y bailes. 2º Salida del corral, fin de la pelazón y adornos del cuerpo con pinturas, vestidos rojos, corona y adornos de plumas… seguidos con bailes de todos y de los enmascarados, los Espíritus de la floresta. 3º Ritos relacionados con la fertilidad, buena salud y evitar los embarazos prematuros y los ritos de purificación con el baño en el río Amazonas, donde los acompañantes también participan. Se sigue con la fiesta, los bailes y la bebida del masato.
La llamada a participar con los tambores y cascabeles, los bailes de todos, con tambores, flautas de bambú y caparazón de tracayá; las comidas en común y la bebida del masato; la dirección de cada momento más simbólico por los ancianos y ancianas y la familia de las niñas…; todo eso y mucho más, integra, une y cohesiona la comunidad; apoya, orienta y da importancia a la “Moça nova” que en un futuro reproducirá y hará crecer la comunidad. Así se va construyendo la persona y la sociedad.
Quienes hemos sido invitados sin ser Ticuna, nos alegramos mucho por haber podido participar, destacamos la riqueza de estos tres días, el sentido de lo que hemos visto, nos han explicado y hemos podido captar; la importancia que tiene para la comunidad y lo bien que hemos sido acogidos, atendidos y cuidados. Ha sido para nosotros una bendición.
Hno Ángel Agustín Alonso