
Hoy tenemos presente la universalidad de la fe, y el deseo de Dios que todas las personas y todos los pueblos formen parte del destino universal de Salvación, frente a los males que amenazan los trabajos de los pueblos en defensa de la vida, el territorio y sus derechos, Jesús nos llama a seguir construyendo su reino en un proyecto en que nadie sobra, y todos y todas somos protagonistas.