
El tradicional encuentro de formación de misioneros de agosto resultó muy diferente a otras ocasiones. Contamos con Elías López y Javier Bernabéu, jesuita y laico respectivamente, miembros del equipo de Sinodalidad-reconciliadora que está comenzando su andadura trabajando en la secretaría general del Sínodo con el cardenal Mario Grech. Ellos plantearon una dinámica rica, profunda y sugerente.
Partiendo del concepto de liderazgo de discernimiento, los facilitadores presentaron las herramientas de la sinodalidad: el examen (“paso atrás”), la conversación espiritual y la planeación estratégica discernida, fundamentalmente. Siempre con los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de fondo, e intercalando práctica con contenidos, puntos con silencio y oración, transitaron por los seis anclajes necesarios para ir siendo una iglesia cada vez más sinodal.
Los participantes expresaron que los momentos de compartir en parejas o en “grupiños” fueron muy intensos y positivos, así como el enfoque dando prioridad a sentir la mociones en el cuerpo. Al comienzo de la mañana había un amplio rato de silencio que posibilitaba un mejor encuentro con la Fuente a la que todos queremos estar conectados.
Como es habitual, los misioneros aprovecharon los ratos disponibles para mil coordinaciones; y también hubo momentos de distensión como deporte, película o fiesta final. Y la fiesta se celebró en honor de los 80 años del Vicariato, que se han cumplido el 13 de julio, con la presencia de varios invitados, personas con recorrido e historia en nuestro Vicariato. La Eucaristía de inicio, junto con la comunidad parroquial de Indiana, también estuvo dedicada a esta efeméride, en la que recordamos con cariño y admiración a los misioneros antiguos, que dejaron su vida en estas tierras.
Unos días repletos de experiencias que sin duda ayudarán a los misioneros a ser una comunidad más consolidada y a ir acompañando a nuestra Iglesia vicarial en su mejora continua con la comunión, participación y misión como horizontes.



